sábado, 11 de diciembre de 2010

Me casé con Galatea

Nunca acaba uno por acostumbrarse
a tener las encías
de madrugada fría.

Me invade un miedo
que mezclado con sueño,
porque siempre tengo sueño,
me deja clavada
la boca del infierno
aún tan solo por dentro.

Y no importa
que mi piel
no ayude a tatuarse el veneno
de toda la cobra
malnacida, de curvas zezeantes.
Lo que no aparento marcado,
moratones de ''hoy te devoro'',
rompo a jirones mis sábanas,
rujo como un león,

y suelto la lengua, a sabiendas
que la noche me vuelve loco...
maullando como un coyote.

Si te corto por dentro
me mandaré las uñas mordidas
para que custodien la evaporazión
de sangre y sabor a fresa...
Quizás si escupimos a la vez
con la mirada boca arriba
pesquemos alguna estrella
falta de poetización,
con los pechos fuera.

Mientras me sigue faltando
atragantarme
con una bocanada húmeda
de hierba rezién crezida,
sazón de comidas a destiempo,
polvo sobre polvo, y
asma consentida...
Máscaras venezianas,
La laguna Estigia
prostituyéndose por corrientes cálidas,
en un invierno que no para.
El Lago Ness es en primavera...
placebo de opio al pasajero
que viaja con las manos frías
unidas cuan ventosa
a otro cuerpo...

A fuerza de convulsión
mi voz se quiebra
y deshago
mis dedos entre el agua tibia
que no se calienta del todo.
Cerrar los ojos.
Gemir como muriendo,
padeziendo vida astillada
con tallos de gervera
salvaje...

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Tetas, amargas, de leche y azúcar...

Un solo trago
y me acabaré volviendo loco.
El agua hierve,
y aún estando tibia
se me mete bajo la piel
y me acarrea una sensación
de vida postulada hacia dentro,

Dichosas horas amargas
de frío y sudor trenzado;
dichosas lagunas estigias
de fuego fatuo, susurro,
y muertos que vuelven a la vida.

No necesito más que un pedazo de carne
que huela a tequila,
especiado con hojas de un otoño
que permanece a mi lado
en la cama
de cara a la pared.

¿Abro la boca
y sigues tan cerca!
que me muerdo los labios
casi rozando
lo que huelo por dentro
volcando
dos gramos de alcohol
y esa irritada
avispa de tres cabezas,
dinosaurio,
que extinto
lucho por sobrevivir,
amandolo,
''a morir'' - (lo digo)
que entra por el corazón
con las uñas
con las rodillas desholladas
y una boca
que mordiendose
por otra boca
acaba tornando en labio
mirada
calor?
sólo calor...
Poco me importa ya,
si me empalmo en mitad de la noche,
y no te encuentro,
y me acabo volviendo loco,
al menos seguiré oliendo
ese otoño
de hojas sueltas,
cerveza agria
y bueno, sí
un poco de amor...
siempre con la ventana abierta...

martes, 16 de noviembre de 2010

Calor y frío...

Inseminado por dentro
por un calor que abrasa,
mientras me tiemblan las piernas,
una y otra vez.
Parece un parkinson avanzado,
mis manos responden lentas
y siento piedra en el pulmón.

No me llega a interesar demasiado
nada relacionado con el sueño,
suelo estar despierto durante el día,
sobretodo noches...
mientras me aguanta el talante,
que más que talento creado,
es tertulia en temblor puro.

Del agrio paso a un sabor de almizcle.
Sigo teniendo miedo.
Quizás sean miedos aparte,
quizás sean dientes aparte,
pero de un negro pantera me visto
cuando por dentro implosiona algo
que parece simple tos
y deriva en (sobre)preso.

Elba me queda lejos,
aún con la mano al estómago.
Prefiero avanzar sin alzar la vista,
a ras de suelo...
suelo sentirme cálido.
Trata(n)do de vivir
a pies juntillas sin espinas
comiendo tiburones blancos
con una amarga saliva fría,
verde o amarillo mostaza.
¡O se me pudre la carne
o llevo ingertas primaveras!

Vivo,
rugiendo como un león,
en una sábana
manchada por la sangre...
o duermo...
A veces perderme tanto
entre los vientos ajenos
de cara a la pared
casi ardiendo, sin arder,
me hace sonreír como un idiota.
¿Confiado?
Poco me importa si muero
a lomos de una aurora eterna,
sobre alfombras voladoras,
como si encuentro un Delorian
alimentado de orgasmos,
pues todo tiembla.
Y dentro de ese temblor,
de niebla espesa y raíces color caramelo,
me debato entre luchar
dejando marcas
como un vulgar coyote de desierto,
o quemarme piel muy dentro,
donde húmedo,
quizás por la lluvia,
late el corazón,
que late dessde otro cuerpo.

Es primavera, y punto.
A veces tengo miedo.
Rugir como un león,
que sangra si no arde,
que se escalofría
cuando amanece y es tarde,
o demasiado pronto para escapar.
Tengo miedo,
de no poder temer(te)
tendida sobre un lecho grana
postrada a lo insano de la lengua
recitando versos fríos,
como cada una de tus gélidas manos.

martes, 9 de noviembre de 2010

Tatuajes de marfil bajo la piel














Muerde
y no importa
si se me queman los labios
o acabo achicharrado
por fuera
o por dentro.
En carne viva,
mis manos siguen dando vueltas
y quedo sin voz
entre vapores blancos,
y pechosde aire frío.

Instantes
me quedo corto
transfuciones de sexo
amor
a quemarropa
abrir la ventana
y encontrarse ameneciendo.
Fotografiarme en tus ojos
y que me lo cuentes luego.
Guarda mi repensamiento,
de un cuerpo,
tuyo,
colocado de cara a la pared,
quedo, desnuda
y gélida...
repasar con lapiz de labios
sonrientes muescas
en el hombro,
no poder parar de toser(te),
rizos negros en la cabeza
para encontrarme entrecortado
a un solo aliento
de una sensación que mancha...
¿A un aliento tan solo?
Nunca terminé de creerlo.
Fuera anochece y amanece a su antojo.
Puedo llorar,
y lo haré si hace falta.
La soledad sonríe(s) a mi lado.
Muescas interiores por dentro,
moratones,
contusiones doradas;
mientras me aparto pelo
de los labios
antres de besarte.
Tienes dieciocho
y hueles a mala vida.
Tienes dieciocho,
tu corazón achicharra,
montas un último trago
al que le brillan los ojos...
Tengo dieciocho
por dentro y fuera,
contorsionismo en el baño.
Tengo dieciocho
abro la ventana,
Marruecos espera,
balcones de tejados caoba,
chimeneas entre tus manos,
y noches de lluvia intensa...

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Nunca apartarme con tus manos frías...

Con la boca dormida
de autolesionarme
mordiendo
mis propios labios.
La noche no termina de acabar,
y me despierto
hecho polvo.

Estos pulmones
trenzados a mala tos
que no sangran
esperando encontrar
una salida factible
a través de piel joven
y medicamentos
de pelo moreno...

Duele casi siempre
olvidarse de respirar.

Tragarme los cristales,
golpeados por el viento
y saber,
sin ciencia cierta,
ni hipótesis de ala ancha,
que a morir,
hasta quedarme mudo,
dentro de tu garganta,
profundo como gritar
bajo el agua,
es la única lluvia sentida...

Viajarme a cinturas prestas,
con el agrio sabor de una malavida
tatuada sobre la lengua,
creyendo que todo gira sin control
más cuando te tengo,
tengo vida,
consolido un latido
sobre tu latido.





Y vivo,
utilizando el único recurso que se me presenta,
envuelto en labios amargos y rojos;
Miedos mudos con olor a opio...
¿Miedo?

Dime donde escondes las muñecas,
que te encontraré la noche,
aunque acariciando
y quemando una piel hermosa
acabe frotando tu espalda,
como una lámpara persa;
deseando
un beso sobre beso,
sábanas calientes
y una soledad pálida de pelaje...

Quedo con unas manos
que saben lo que son manos ajenas
de tanto caer el suelo
y astillarse al levantarse...
Manos que aman
por un corazón que siente.
Dactilios de piano,
crudos
como tragarme todo el humo
que bebo
a mala lengua
entre muslos,
gemidos interiores,
y pollos sin cabeza...

He alcanzado muchas veces a tocar el suelo,
pero no me conformo
ni arrepiento con lo hecho.
Amo
Reclamo y profano mi suerte
y mientras me juzgan,
culpable de estar evadido
entre alcoholes de buen grado,
solo puedo soñaros,
y pensarme
de puntillas
buscando acariciar unas nubes,
que sean de vaho o fruta prohibida,
acabaré abarcando
con mis noches mustias,
mi labia de labio roto,
''Diablos de cortantes uñas'',
y un sentimiento
que encerrado
en el tiempo, temeroso,
se niega a temer,
o seguir temiendo,
sabiendo que fuera de los muros
de áspera piedra
está el prezzioso cielo...
(os anhelo)

lunes, 25 de octubre de 2010

Chupitos de mitología pulp...

No debe quedar miedo.
Me aconsejo no dejarme llevar
por una mala emoción,
o un árbol caído en mitad
de algún bosque deforestado.
Nada me impide caminar,
y si debo dar un rodeo,
cierro los puños
y me aguanto lo negro
para cuando solo haya nubes blancas
y pueda deformarme los ojos.

A la voluntad de un sueño
recorto mis manos,
para no gastar un recuerdo
maniatándolo con toda mi vida.
Porque cuando siento
y me escueze el alma
agarro hasta el último hilo,
no importa si irreal,
de cada jodida fantasía
y la trago,
sediento,
de bosques...

Y no me importa si en ellos
hay medio año de sombras
o si hubo astillas en mis talones.
Aquiles me suspira al oído,
que enamorado se muere,
y envejecer no le es justo,
a cambio de perder el renombre.
Yo, no...

Ofrezco
mi poca capacidad de pertetuidad
por vos...
y sin ánimo de batalla,
ni ansia alguna de lucro,
me envuelvo a tu útero
como una anaconda de charca
devorándote
bajo la lluvia...
constante
de nacer siendo abisal...

Lo incongruente de un beso,
perder los anillos y la voz...
¡Resido donde siento!
Resido, malvivo, ¿maldito?
Nunca he creído en los mitos
de cavernas
a oscuras.
Maldito es quien se pierde
con las luzes encendidas,
y ciertamente
me cuesta
no cerrar los ojos
y buscar con el olfato,
como un perro viejo,
las marcas de mis manos,
mientras me nutro de ti.
Maldito,
quizás amar
me haga decantarme
entre lo inadecuado
y lo meramente habitual;
eligiendo(os),
enamorado,
amando,
una luna amarillenta
y el calor
de pechos blancos,
labios y más labios,
y escalofríos grabados
con café hirviendo.

Malos maremagnums;
Mar.
Abstinencia a noches frías,
cielo...
ciego,
con la boca seca,
y unas manos llenas de sangre
teñidas recitando.

Al final,
los rencores
de puta sifilítica
ayudan a ver
que las piernas,
que te traen de cabeza
ayudadas de las manos,
aún debatiendose en la cuerda floja
te mantienen a flote.
Hay dias negros,
eso es irrefutable.
Pero, pesándolo,
me quedo con tus nubes blancas...

jueves, 21 de octubre de 2010

Morir en llamas de cielo...

No me importa absolutamente nada
que se me queden los dedos entre las puertas
que Rodin talló
para acabar sentadas en un vulgar museo.

No dejaré que por no pillarme la mano
acabe llevándome la corriente,
mientras esa corriente es de vinilo
y suena rayada
ahogada por un grito mudo
de un corazón bipolar
de oso
de garras rotas
y pelaje invernado.

Amar,
es solo eso.
Me quedo corto,
no puedo
siquiera verme en la situación
de abandonar la lucha
armada,
con tus labios carmesí,
cuando plácido descanso,
en tu maldita ausencia
en tus sábanas bicolores
insipidas a la sombra,
de huecos dulzes
y musa reflexiva...

Pieles
sobre una cama demasiado fría,
no consigo cerrar con fuerza la ventana
y de noche se me posan escalofríos
con forma de manzana
pecado y sabor a humedad disecada,
y no recuerdo ni mi nombre
cuando me fumo lo que pueda
tartamudeando por no tenerte.

Escupo hasta lo último de mis pulmones,
y nunca es suficiente,
en un arriesgado intento de humo
a tu manera...
a tu figura,
mientras sigo más solo
que un huno masturbando su sombra
en una estepa
fría,
porque Siberia queda exenta de amores
cuando llega el invierno...
Pero es otoño!
y no me da la gana de quedarme observando la nieve
que caiga
o en pretérito cayera,
sino que me quedaré
viajándote,
arracándote la ropa,
por la que luchan humanos y dioses,
y vestirte de porcelana
para quebraros y uniros a base de saliva...


No me caben más fieras negras en la boca
que boca arriba mira el cielo,
no busco,
ni encuentro,
ni cubro...
germinan magnolias en mi cáncer...
con olores a gerbera...

Y suicidarme
con un olor a canela ácida
mientras me tomo un baño.
Porque me tomaré uno,
y tú estarás junto a mí.
Hermosa como nunca...
Palabra de p(r)o(f)eta...

jueves, 14 de octubre de 2010

entre mis sábanas...

Mañana me quito los párpados,
y si no encuentro gasolina
le meteré fuego
a tu cabeza de cerilla
a chasquidos de mis dedos.

Me acabaré quitando la vida
tumbado,
como quien dice sentado,
cerca de un rostro,
no importa si de rasgos abstractos
si de boca a pintar
o destilada entre la mía.
Me quitaré las malas sombras
y el polvo del camino
con polvo nuevo
barro con el cual embarrarme
saliva
soles y malas hierbas.
Revolcado por el suelo
con las manos arañadas,
y la espalda,
aunque no sea siquiera mía,
aunque sea tu piel la que recorro
con las uñas mientras muerdo
cuando sueño que me trago,
atragantado por el sueño,
la vida en estado puro.

Sí, he dicho vida
y no daré mi brazo a torcer.
El vómito cara al cielo
como en lluvias de heroína.
Mojándo(me)nos la piel
sacundiéndola juntos
entre los bastardos demonios
y las almas vagabundas
que observan caricias
a mansalva
de madreselva
de impúdica pasión descontrolada
en el fondo de una vieja barca de madera.

Con los pies en un futuro de murallas amuralladas
y la vista sin perder de vista las nubes.
Hermoso perderse
sabiendo encontrar el camino a casa
entre un-no-saber de calidez
eyaculaciones de opio
y simple corazón que late...

Troncos, troncos, y más troncos a la deriva...
con naúfragos de pechos blancos
dormidos sobre sus astillas.
Prezziosa sonrisa...

lunes, 11 de octubre de 2010

No todo es sexo...

Cada hora
que paso escondido
me aporta una sensación
más que diferente.

Cada hora
que salgo tras de ti
como lo hago tras mi sombra
es un instante que busco
¿preziso?
más que prezioso...

Ya me suda lo mismo
que nos observen los búhos
en una noche de mala caricia,
como que nos toquen los dioses,
que descontentos con una lluvia
que nos da la vida,
pretenden robarnos
lo que creamos con las manos
bajo la tos, la ilusoria,
el comienzo,
barca, luz, a quemarropa,
te tengo,
sonríes,
no hacemos más que girar,
por una colina de césped.
Y sigue habiendo búhos,
anundados a los besos
entre lo moreno del cabello
cascada entre dactilios grises
de apoyarse entre tu sombra
de ojos,
de voz,
de centeno...
reluzientes
pues sienten la vida
que enamora a quien se muere
que me mata por amarte.

                                                         Golpeo mis manos calientes
arrancando la calidez de las frías.
Estoy helado,
toma mi camisa,
permite que me muera a pecho descubierto,
pero no apartes el frío de mi cuerpo.

Cuando quiera afrontar el abismo
con un abrigo de pieles
te avisaré.

Ahora,
que el abismo cae por tus caderas,
me sobra incluso la piel.
Demonios de pelo escarcha,
jazmines que se desmenuzan
ante las fauces;
débiles,
en un segundo plano de belleza.

No tengo más aroma
que una constante sensación de escalofrío.
Salvajes condores sin plumas.
Sandalias a pies descalzos,
y un camino de baldosas amarillas
que conduzca a la madriguera del conejo.
 Cinturón de piel de armadillo,
sobre tus vaqueros de áspera melaza,
madriguera...
No tengo prisa por caer...
pero la ciudad esmeralda me espera...
y ya el opio creó la la niebla
con la cual orientarme desnudo
bajo una lluvia de fresas salvajes
y moratones de dormir
de cara a la pared...

Mi garganta en fase de derribo,
mis labios atados a tus muslos,
tallarme en la lengua tu sexo,
moderme, por no arrancarte...

Y sigo estando vivo
donde nunca pude estarme,
Separatismos de distancia y
cortantes cortes de locura
por no saber si digo lo que digo,
sintiendo lo que exploto,
me arden las manos,
y nada más dejarte,
te necesito entre mis sábanas
incluso cuando solo,
camino por las calles,
con charcos de cielo.
Mi corazón late, lo noto.

sábado, 9 de octubre de 2010

Qué lluvias o qué manos

No me dejes todavía.
Creo que pronto empezará a llover.
Incluso diría que ahora,
y no quiero acostarme
sin  poder sentir
esa tos tibia de quien cala su huesos
bailando por dentro.

Malas bestias de espaldas anchas,
lobos, mantícoras, cenutrios,
castillos ambulantes, personas como perros...
asfixia generalizada, contaminación del beso...
Ya no.
Maté al último dragón inhalandolo fuerte.
Los monstruos me dan hambre
y mi estómago forrado con tu piel,
humana,
gira en ácido por digerirte.


Me cuesta abrir los ojos
en una mañana cualquiera
y decir que no tengo miedo.
Por instinto uno huye del temblor,
vuelve sobre sus pasos
y traga saliva con prudencia.
Todos, sabios, menos yo...
temblando como quien besa,
al borde de tu cuello,
del fin del mundo,
que indeciso,
bajo las caderas se encuentra.

Un solo escondite.
No quiero puercoespines
con gladios buscando nuevos cristos,
ni malas oleadas de ácaros
que me dejen sin aliento.
Un solo escondite,
encerraré lo que importa del sile ncio,
conjugaré una soledad de ver y no ver,
y te tenderé mirando el cielo.
Un solo escondite,
y puedo encontrarlo entre madreselvas oscuros...

lunes, 4 de octubre de 2010

Palabras vestidas de palabras-travesti

Pantera negra
¿Seguirás mucho rato bebiendo del arcoiris?
Quiero terminar de deshacerme del tiempo,
envuelto en una afombra persa.

Los cristales casi reventaron por el ruido
de un ensordecedor viento
envalentonado por otoño,
envalentonado,a secas.

Al principio temí por la vista,
y esas astillas de arena forjada dentro de ella.
El miedo es natural, hacia quien sueña despierto.
¡Nunca más!
Sé que es complicado,
aunque no más que yo.
No puedo asegurar que no te cubra la piel
si comienza a llover,
pero ambos sabemos que desnudos,
bajo su goteo antiácido,
siempre reconforta, como matar
monstruos
en cualquier maldita pesadilla.
Si me matas
de la manera que sea,
¡Hacedlo!,
No dudeis,
pues no me negaré a ahogarme en tus manos,
como ya lo hago entre tus magnolias.

Hay días solitarios,
de media taza de té.
Ya estoy lleno.
No he comido, ¿Qué más da?
¿Té?
Ponme un solo,
acompañado de café.
Ponte, nadando contracorriente,
deja que te sorba las sombras,
deja que con café me las hierva,
qe me beberé hasta el sudor,
de las horas muertas que aturden,
alariendo,
a quien con silencio
me toma de la mano
y ayuda a oler
las hojas que caen...
(te quiero...)

domingo, 3 de octubre de 2010

Cabo de malas esperanzas...

Un vaso de agua;
los dinosaurios se extinguieron,
¡Deja de temblar!
Maldita sed de mal...

Todo queda en calma,
como cualquiera de esas fotografías
de la Guerra de Secesión
en la que cadáveres uniformados
se pudrían en silencio.

Aguanto el pulso,
aunque sigo luchando solo.
Fuerza, don de tristes,
cuando apuñalas,
y punto.

Ojalá nunca hubiese existido.
Desnudo, con la ropa interior en las manos...



No nací de buena savia,
pero hunto miel por ambas caras de la tostada,
como quien se come la ceniza,
tras fumarsela en la pipa.
Naci a os vueltas,
y vivo dando giros.
No me parezco a Huracán Carter,
pero la nariz me gotea...


Poco me importa que suene un gallo
cuando amanezca,
o me cruze con una polaca en busca de sexo fácil
en la puerta del ascensor.
Hoy vivo por mí.
Hoy tan sólo,
por mí,
seré yo.
Y si me cuesta ambos pómulos,
lanzarme de cara en defensa de un sentimiento,
que asi sea.
Pero que el K.O me deje boca arriba
contemplando, sangrando, el cielo.

¿Me encontrarás entre las brumas?
Hace viento pa'hacer temblar cerditos,
Y una calidez amarga me sube por los dedos,
recordándome que merece la pena morder(se)(te)
los labios.

sábado, 2 de octubre de 2010

Vampiros y pasta de dientes...

Esta será mi última vez,
me repites como siempre.
No volverás a susurrarme al oído.
Dejarás de ser ese ángel de ojos claros.

Será mi última vez,
me cuesta sentir.
Siento que me cuest.
No me importa absolutamente nada,
lo juro por mis muertos,
tragarme los aires calientes del mal mundo...

Es tu última vez,
por lo que parece.
Ojalá no me hubieras conocido nunca,
ojalá estuvieran mis ojos bajo tierra,
percibo desde tu lengua...
Ser o no haber sido nunca,
por  última vez,
dices que amas, y no podrás dejar de hacerlo.
Dices que amas,
y te me llevas dos taciturnas lágrimas
cansadas de llorarse por dentro.


Será nuestra última vez,
me parece todo tan repetitivo.
Solo y cansado.
No me siento los labios.
Hasta aqui llegó todo,
ni habrá futuras batallas.
Queda un ''No'' en negro...
Olvidar y desexistir
lo que tanto existió por dentro.
Ya no importa.
No existo
No persisto.
Mi voz se recupera al amanecer.
Creo en el caelio...
por Dios que lucho por él...
y no dejaré de hacerlo.
Sólo que hoy, mis sábanas
no cubren mi garganta
y vuelvo a tener pesadillas...

jueves, 30 de septiembre de 2010

Amortajado al amanecer

Roto,
muy roto por dentro.
Pero sonriente
como marinero
sin navío
en primer día de comunión.

Roto,
en cuanto a una voz
que huye del cuerpo
antes de ser pronunciada.

Levantarme tosiendo,
goteando por todas partes
un maltrecho aliento
de canario de mina enjaulado.

No puedo cantar.
Besarte, ¿Merece la pena
si no puedo susurraros al oído?
Creo que sí. Habrá que luchar,
cuando me quede una cuarta de pulmón
y unas manos que froten mi cara.

Hace un frío de mil demonios
glaciares tatuados a mi laringe.
Pero no importa.
Mi licencia poética hacia la tuberculosis
me deja sin voz.
Me he lñevantado demasiado temprano
pero grazias a ello
os he olido amanecer...

Me gusta salir al paso,
con los puños bien cerrados
aunque me caigo al respirar.
¡Vietnam me espera!
en las madreselvas de tu piel...

lunes, 27 de septiembre de 2010

Lo que se me escapa de las babas...

Dos salidas a la lluvia.
Salto al vacío desde mi ventana,
y mis pies mojados
caen entre las ramas,
de un telar, de jazmines,
afianzado bajo el alféizar.

Amoratada lengua
que recita que no tiene frío,
y que aguantará la calidez.
¿Ves donde me llevas?
Es un lugar hermoso...

Monstruo,
que alérgico a los ajos,
queda frente a mí.
Quizás enamorado de las cebollas
en una danza incestuosa
sin suficiente marfil
para empezar a correr
o provocar que llueva de nuevo...

Bajo labios,
mínimos desde la distancia.
Con una mano abierta,
 y otra que me acaricia,
como un ángel malnacido,
una de mis mejillas...

Luchando...
tras haber logrado huir,
de lo mísero de la miseria,
sigo en pie de lágrimas
con el corazón entre los dedos.
Y cierro los ojos,
me defiendo como lo haría el aire
inhalando el aroma, a latidos,
con la boca abierta...
amoratando mis labios...
con los labios...
y los labios...

No quiero fallarte,
pondré mi carne en el asador,
y limaré mis huesos.
Necesito tiempo para saber,
ha sido una época extraña.
No sé cómo tomarme el amor,
ni las nubes negras.

Deseo sentir tu voz,
ella siempre tan ella,
monstruo y reina,
epitafio a la buena ofrenda.
Yo opté por mi sobriedad,
y me he quedado hilando tus ojos.
Sonrisa de anginas..


Divivido por dentro,
órganos y pulmones, gemelos,
busco un ápice de fuerza,
y en ti, siempre la encuentro.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Humo...

¿Entonces volar?
Hace una noche preziosa,
aunque todas lo parecen...

Sí, no me dejaré por entre tus sábanas
hacia la oscuridad
sin antes plantarte
en los campanarios de tus párpados
besos de nido de cigüeña.

Vértigo,
vorágines de pelo enamarañado
y dolerme por dentro.
Quizás debe retroceder
y renunciar a lo que causa chispa...

¿adecuada?

Todo lo que puede serlo,
sentirse vivo, en puro vilo.
Consecuente ante las águilas,
el humo, el mal de amor,
el frío, una risa que mata,
los orgasmos en flor,
y los cadáveres del rocío...

Y no me arrepiento
de que me falten dientes
en la disputa de un alma.

Todos morimos de algo
-Me repites a ciegas.
Todos morimos, y punto.

Escaleras frías.
Coño de luz de luna.
¡Corre! ¿Quien te envía?
¿Me guardas el corazón?
No quiero que se moje.

Incluso sombra afeminada
solo te faltan las alas
y serías prezziosa...
pero no todos los días son fiesta.

Mientras te repito
que aprenderé a volar.
Tengo motivos suficientes,
labios, o un crimen programado
perfecto.
Arder.
Quemao, con hielo.

Bebámonos a morro,
bailar un vals,
desnudos,
y, ¿sabes qué?
No tengo miedo a perder(me)

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Sonreir...

Me metido bajo una ducha de agua hirviendo.
Cataratas en piel, que hierve
a la temperatura del agua.

Y no importa si hoy salgo
con la cabeza seca de ideas.
Quizás mañana le de por llover,
y entonces comiencen las cefaleas.

A pesar de ir dando tumbos,
me da por sonreir,
con dos lágrimas
a parpados cerrados.

Porque extraviado en mí,
salgo a ciegas con unas manos frías,
pero si no luchara por la calidez,
a bien seguro, no amaría...

lunes, 20 de septiembre de 2010

Hole in the Earth...

Hueco por dentro,
vasos derramados y chicas desnudas,
sueño a destiempo, hora de vomitar,
mañana en silencio.

Vuelvo a quedarme solo,
mientras las sombras se levantan.
Estoy, por no decir siento,
cansado de amar...y sentirme tara.
Trago los restos de ayer,
doble raciónde alma quemada...

Y no me arrepiento de luchar(me)
ni de que nada sea perfecto.
No es el momento de mi muerte,
no es el momento...

Puños fríos, me tiembla pensar las caricias,
la piel caliente, la voz humeante,
el coño tierno...
todo suena malsonante...
cuando uno calla...
por no seguir sintiendo...
por no decir lo sentido.

Por un puñado de jazmines y
caerse vivo de espaldas.
Pájaros.
Veo como se posan en mis entrañas.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Opium et (sabores)ligneos oculos...

Lo que nos apetezca...
Humo o malas bestias.
No creo en dios,
me sabe la mala suerte a carmín.

Sherlock, ¿Donde escondiste los cadáveres de todos los ruiseñores caídos?
-¿Qué malditos ruiseñores? ¿Qué cadáveres ni que ocho cuartos?
  No creo en el amor, no es ciencia prezisa.
 Para siempre, duraré para siempre.

Fumo cánceres de media onza,
a pesar de que el cacao me causa alergia.
Ya no puedo más.
Mis pulmones dicen basta, y paro.
Mi voz dice, más, mientras me deshago.

Irreversible calidez que te arrancas en un grito
enmudecida por el frío, de una lluvia que trasquila
un sol que un día lo fue todo...pero que en su soledad
tirita como un mendigo cualquiera.

No te olvido, por más que me pierda,
entre mares o arenales secos a más.
¿Crees que tengo cicatrices por gusto?
Destrozo mis ojos, sobre los tuyos
y no me falta fuerza de choque...
Solo saber volar...

Articulaciones de cristal, trazos sexuales
sobre una piel que tiembla al pulso ajeno.
Vestirme de prinzesa y comerme el mundo.
Verme triste, en un rincón,
beberme, solo, una cerveza...
dejar de colgarme cerezas cuan pendientes,
correrme, como si valiera la pena.
Como si valiera la pena.
Que siempre la merece,
cuando siento cerca de mi pecho,
tu carne, delicada, erógena y certera...
dulze...
maldita dulzura...
siempre ahumada al opio,
siempre poco hecha...

jueves, 16 de septiembre de 2010

Solo...con hielo

La palabra Soledad es una palabra robusta. Sus pienras son hermosas y sus labios muy finos. No tiene ojos. ¿Quién los tiene, a fin de cuentas? La tengo atragantada desd hace días. ¡Joder, más malditos truenos por mi ventana! Parece que estan cercandome para meterme un chispazo y dejarme en el sitio. Pero aunque resulte frío, quizás cada trueno, relámpago o caricia de madrugada, sirvan de consuelo cuando me siento que las fuerzas me abandonan...
No hago más que tragarme el humo de una vida que oxido al respirarla, latiendo más rápido de la cuenta, con menos oxígeno del necesario. Te necesito. ¿Te necesito? Es extraño pedirle al aire que no se te escape antes de tiempo de la boca.

Al principio pensé que la juventud se me escapaba de la lengua, y solo podía recitar arrugas. Una vejez anticipada, premio a un nacimiento a destiempo, quizás. Seguí dandole vueltas a todo. No me siento tan viejo. Cansado y sin ánimos de sonrisa, pero sigo respirando sin ayuda de inguna máquina o Posidón enfurecido.
No sé que me pasa, pero desde hace una semanas mi pecho parece el escenario de cadáveres mutilados de alguna playa de la Segunda Guerra Mundial. Soldados de humo hechos triza, arrancados de vida, y enterrados de alma. Cada uno de ellos me cabe en la boca. Cada uno de ellos tuvo un último suspiro merecido, y bien sentido.
Y aunque lucho por la vida... y pretendo luchar por un choque frontal mejilla contra mejilla, con cierta delicada sombra teñida en opio...despues de salir de correr tras el sol, en una noche fría de tormenta, me paré a toser. Me costaba respirar. Aún me cuesta. La soledad me susurra al oído, al tiempo, que veo, que una calidez me arropa las entrañas y me hace expulsar hasta el último de un cuerpo que desea renacerse. Quizás sea cáncer...

Labios...

Nada de labios...
estoy cansada de besarte...
Agárrame la mano,
tengo miedo a los fantasmas.

Sabes que tengo fuerza para resistir
invasiones bárbaras y Atilas
convertidos en noches bañadas en sudor.
Pero sin ti, me muero...

Romanticismos, cánceres de piel fría...
Necesito, lo que no necesito, y más;
ocultarme entre los párpados a medio abrir
de madrugadas demasiado largas...
sin caricias que adoptar.

Toda una vida sujetando el cuello
de estrellas a medio ahogar
fuera del agua.
Ahora que me quedo a ciegas,
amando como siempre hago,
muero, dentro de esas lágrimas.

No hay marcas en mi cuello,
 ni en mi voz...
Hundirse, es como recitar
un verso al oído de quien se ama.
Cada palabra cubre una mirada...
jodidas lágrimas me atragantan...

y la soledad me muerde los labios...
en un tiempo de labios sin labio,
quedando encongido en mí mismo,
vacío, como un vaso de hielo virgen,
en busca malas bestias,
Virginias de piernas abiertas,
a medio liar...
o un simple beso, de verdad...

martes, 14 de septiembre de 2010

My ilusions...

Manos apagadas. Me quedan dos manos apagadas, y una voz demasiado ronca para seguir llorando. ¿Llanto?, que digo... Hace ya demasiado. Me tengo en pie, con los labios amoratados de autosuplicarme por qué camino seguir sin hundirme, y me faltan las fuerzas para arrancarme el corazón. Tragicomedias griegas, frías y sin mucho sentido. Tragicomedias. Me estoy muriendo por dentro y no sé cuanto más podrán mis ojos seguir mirando, y mis pulmones respirando. Cda día tengo los pulmones más llenos de humo. No puedo aguantar los nervios. Estallaré en cualquier momento, y cuando lo haga, salpicaré de alquitrán a todos los fantasmas que me rodean...
Daño lo que amo...

Mato lo que ansío...

Y no me cuesta nada seguir vivo, mientras me nutro de los labios de otras personas. No sé si merezco segundas oportunidades, ni si el humo que me encharca la voz, es calmante o cáncer en formato agridulce.
Amor, parece que todo se reduce al amor, no tengas fe en mí. Vive. Intentas luchar para convencerme de algo que no consigo sentir como antes. De algo que nunca sentí, porque no nos conocemos. Estoy solo, y no paro de hablar solo, conmigo mismo, mientras esas lágrimas que no me salen, se me quedan dentro, muy hondo, donde ni las caricias alcanzan...

-Bella opiácea... os sueño constantemente, pero temo haceros trizas... - se decía a sí mismo la flor de la amapola, tras estar vomitando toda la noche...

Quiero luchar...más no puedo del todo. Lucho, amo, busco la formade darme alas y volar, aunque sea mutando mis malditas vertebras cervicales hasta acabar estallando como un maldito cometa, que sin hilos, ni niñas bonitas que lo sujeten, acaba perdiéndose en el cielo, entre nubes, a saber de que sabor, y paraísos por debajo del valor de la luz en esta puro que flota más arriba...

Intento subir. Me arranco los labios para perder peso, me arranco las manos, mientras se me mueren las caricias, y sólo cuando creo haber alcanzado un haz de luz, me muero...

Muertes dulzes...entre sabanas sin leones... con un corazón zebreado a caricias, y una bandada de cuervos comiendome los párpados. Mis ojos, no.

Está lluviendo...
...y es imaginación mía...
...que al menos huela a jazmines...

lunes, 23 de agosto de 2010

पेर्दिदा अरिअदना हिलो रोतो तौरो deshecho


¿Dónde me llevas? Me haces daño en la muñecas. No soy tan hombre como creía, ni tan lejano como parece. Soy tan solo yo, y llevo siendolo desde hace una buena temporada.
Estoy deacuerdo en que mi voz es más ronca por quemarme como hacía vidas que no lo hacía, y cierto es que me muero por dentro. Pero lucho, te lo aseguro, ¡lucho! Contra mí mismo, contra mis manos. Me derrumbo, pero no es nuevo.
Llevo solo tanto tiempo como he deseado estarlo. La soledad me mata. La soledad me ata. Atacan las voces del sueño que no viene en mi busca.
Hastío de respiración, sin alcohol con que llevarme a la tumba, sin realismos sucios ni doncellas Bukouski a las que besar. Estás solo, me repiten mis manos.
Tiro de mí mismo hacia una sonrisa imaginada, me hago daño en las muñecas, me resisto contra mí mismo, contra lo que me falta por ser.
Nefastos diablos de caramelo. Eso me queda. Diablos tallados en la voz. Dulzes, como morir de pie, mientras bailas ataso a un latido enamorado, que se esfuma, siendo un sueño...
Cada paso, posee ritmo propio. Vacíos interiores, de cortinas mustias. Si llamas a mi cama, cuidado con mis sábanas quedas, y mis rasgadas y heridas muñecas...

lunes, 26 de julio de 2010

Amor... en horas de madrugada


Mi vida... tantos atajos, tanta vida acumulada entre los dedos, antes de cada caricia. Tus labios, casi ni los recuerdo, mientras un regusto amargo de pasiones desaforadas se me queda en el cielo de la boca. Me muero. Cuesta imaginaros al otro lado del mar muerto, que durante noches fue tornado en encerado de baile.
No hay infiernos que podamos compartir para huir del frío...
Tristes tigres de rayas en el corazón, y sueños pasados por agua... mientras una preziosa Venecia se hunde bajo dos miradas que se alejan, como en busca de diferentes paraísos...
Recordando el amanecer de uno solo...
Acompañados... de un par de sombras, por entonces, aún, por siempre, enamoradas...

Me cuesta, y digo que cuesta porque ahora no puedo dejar de llorar, la sola idea de una sonrisa... cuando mientras estrellas se estrellan como siempre, como nunca, pupilas tricolor me escupen una tenue luz, bonita, demasiado hermosa.

Tengo miedo. Mi fortaleza es solo hielo.

Canciones... instantes en plata, hombres-lobo y lobos-hombre, tan solo es un baile - me decías. Te recuerdo que estoy aquí, que no dejaré que te hundas en la desdicha, que no todos los circos poseen carpas que lleguen hasta el sol, y que tus manos serán templos que mantener lejos de los sacrilegios de la locura del sueño...

No sé...

Arrancarme una segunda piel, hecha de ti, y encontrarme desnudo como hacia tanto que no me sentía...

Y ahora, no hago más que buscar la última marca de tus dientes, deseando que permanezca clavada, sabiendo que desapareció entre el viento que destronó las dunas de esos lares de Tarifa, sin tu presencia, ni la de millones de motas de oro.
Lo siento. Lo siento. Siento romperme los labios y que mi sangre, al igual que la de fénix no cure tus heridas. Hemos obrado en realidad, con fuerza, por amor, por falta de él, ¿quizás?, ¡No!, ¡No!, ¡No!

En mis hombros no caben marcas de un amor que anochece demasiado tarde, o demasiado temprano, dejándome un sabor agridulce en las lágrimas...

Te debo toda una vida...
Góndolas y fin del mundo...
canciones de suicidas... que acaban provocando sonrisa ajena...
Nantes, La flaca, Champagne, y un eterno lobo-hombre que solo me hace hundirme en mis tristezas...
Palabras y palabras para rellenar fragmentos de tiempo que cubran la distancia vivida desde la compra legal de whisky y más whisky, con exámenes que cambiarían nuestras vidas. Sevilla, ciudad de caos,¡Ven acógeme!, ¡Y luego vendrá ella!... ¿Miedo? ¿Quién tiene miedo a la locura de un amor sin precedentes? ¿Quién teme vivir?

Solo te(a)mo...que te conviertas en un fantasma o un susurro. No mereces oscurecer tus pupilas...
Solo sé...tras la reflexión del poeta...que me has dado tanto como veo, mis recuerdos están impregnados de tu impronta, pues buscaste crear un misterio, aunque ni siquiera existiera; que en lo idílico del 'Aquí estoy' no quede duda de mi voz, y que si algún día me da por tomar un atajo al Infierno, con paradas en ese fascinante parnaso violáceo, te llevaré en mi barca, sin cobrarte, ya que según cantan: las niñas bonitas no pagan dinero...

(En rima, sintiéndolo de corazón, te quiero...)


Pero no, pero no tengo la culpa, de que esto se esfume cada vez, como si fueran burbujas de champán francés... (No deja de sonar en mi cabeza...) (madrugada de champán y lacrimal…)

miércoles, 21 de julio de 2010

Nada bueno pasa después de las 2 de la mañana...


Aunque sean dos corazones los que te fustiguen hacia la noche...
y aunque no sepas si tendrás suficiente sangre para aguantar el galope, y sentirte protegido del frío...
aunque consuma, que consume, estar tan perdido que no quedan estrellas estrellas a la derecha...

estoy...

estoy...

fuerzo la sangre que me corre por las venas, y me fundo en un intento de provocarte una sonrisa. Estoy cansado de ver como todo se desmorona, como todo tiene un color escarlata, de manchas inquitables, y aunque, miles de aunques, tenga dudas sobre cómo podré seguir en unos instantes, y no sepa cómo demonios amarte, con la fuerza que merecieras...

estoy, a tu maldita vera, lado y compañía...

Y si se nos cae el cielo, que nos coja de lucha entre olfatos...

(se decía un joven soñador, embriagada en la lucidez de una bonita nube de vaho y opio)

jueves, 15 de julio de 2010

Demasiado tarde

No puedo aguantar el pulso. La noche, como el día... (hermosas noches y oscuros días...) me trae un aroma a nerviosismo. Miedo. Sensaciones de frío ártico, los puños cerrados golpeando todo lo que toco a mi paso, mientras a mi alredor todo huele a primavera de ceniza. Hermosas flores, de ensueño, quemadas por doquier. Un otoño artifical, helado, de mustias hojas, verdes, caobas, con versos sobre el caelio, y cada una de sus putas y maravillosas estrellas...
Se me escapan las lágrimas... cuanto te amo... No sé que soñar, ni que pensar. Dedos que tiemblan como besos, que se perciben, recuerdan, recitan... besos de labios cerrados, dispuestos a abrirse a la sonrisa. Arriesgar. Tomar el mundo por los cuernos, y escapar llevándome conmigo la caricias de 'la vida', entrecomillada solo para lograr discernirla de esa realidad abstracta que nada me hace sentir. Mientras ella, latido, hecha toda de melaza, sonríe.
Resulto redundante, mis ojos lo son, y aún más mi corazón. Nunca tuve tanto miedo, ni mi cuerpo reaccionó de tal manera a los impulsos de un aliento ajeno, mezclado con bocanadas de tabaco...negras, como unos eternos cabellos, negros...
¿Quién se me abalanzó sobre la espalda y con un movimiento lento convirtió cada exhalación de mis pulmones en vaho, restos de los fantasmas de un beso, humo?

Costaría decirle, el daño que porto sobre la palma de mis manos... alejando parecidos con mártires hebreos. Unas manos con marcas de otras manos, que a su vez ya dejan de ser carne, para tornandose pluma alzar el vuelo.
Dejo, quizás, parte de ese miedo, enamorado de ti-ritantes gotas que llueven epitafios de amor en una caída preciosa, y precipitada.

Y aunque sé que la duda corroe al más fuerte, aunque sé que siendo como soy, esto me puede conducir hacia el vientre la bestia... esas caricias en lo alto de esa noche de cristales rotos, sin ningún Moisés liderando un mar quebrado por dentro, consigo conciliar el sueño, sin necesidad de cerrar las jodidas cicatrices, que mi piel te recita, ni los párpados, que en la cercanía consumen la hermosa madeja de labios que no paran de hacer señales de humo a la muerte...