viernes, 16 de diciembre de 2011

Lejos

Ante la necesidad
de querer largarme.
Coger camino,
campo a través
a través de
cada mal agujero.

Tomar parte
en una retirada
a tiempo.
Temo
quedarme
sin recuerdos
de olores
que me hagan olvidarme
como huele
lo que desde aqui
no puede olerse.

Lejos.
Lejos.
Demasiado lejos.

Se me agolpa una sensación
de hongos y otoño
en la boca del estómago.
Sabor enrarecido.
Morirse por dentro.
¡Fuera!
Donde nadie me oiga
ni respirar
ni abrir la boca
por la mañana.

Lejos, donde cuando
me caiga
me desangre
antes
que nadie
pueda socorrerme
ayudarme
tenderme la mano.

Sólo quiero
pisar tan fuerte el suelo
que no quede suelo debajo.
Estirar la yema
de los dedos
y encontrarme
húmedo.
Que quede lluvia,
todo verde,
o todo gris,
y que al acabar
de dar una bocanada
no tenga que dar
explicaciones.
Incluso
olvidarme de respirar.

Despreocuparme,
desnudo
y desnutrido
de miedo,
y poder no estar,
estando,
no aqui.
Estando
donde pueda
estarlo.
Pero lejos.