jueves, 6 de diciembre de 2012

Sangre fácil

Mares...
una sensación
como de humo
que me recorre
la piel...

Restos de mundo
en mis enzías.
¿Arde Babilonia!
Mi piel está tan fría.
Mis manos,
tan sumamente,
inmersas
en un frío glacial.

Mis dientes
tienen sombras
y restos
de un mundo,
difícil de digerir.

Un paro cardiaco
encima de un cuerpo
desnudo. Titubeante,
ansioso,
¡Gloria a los caídos!
entre las sábanas
descoloridas
por el exceso de aliento.

Limpiar mis dientes
con sarro ajeno.
Contonearme ante la muerte,
en un forzejeo,
baile de máscaras,
tras una fiera
sostenida sobre sus cuatro patas.

Lanzarme dentro,
sin dudas, indudablemente,
olvidar las sombras,
el mundo quebradizo.
Volver a crear
todo el universo,
en cada una de sus formas,
en el parpadeo de la noche.
Cerrada.
entre piernas abiertas...
ojos en busca de ojos,
y un calor sofocante.

Otra copa de vino,
y me volveré loco.
Te (en)volveré
y me quedarán fuerzas
para seguir reptando
por tu espalda...