Con las venas de punta
y la boca
seca de tan mala vida.
¡¡Aguarrás para los monstruos!!
Yo me quedo inmóvil,
esperando que me llueva
dentro.
¿Qué te cuesta
abrir las manos
y dejarme apoyar la cara
dentro?
Desde cada pedazo de piel muerta
de mis pulmones e hígado
el Diablo impera majestuosamente
con ese desamor a ulterior
y esa ira de un mal polvo...
Deja (te) (me) morir de noche...
Dentro.
viernes, 1 de marzo de 2013
martes, 26 de febrero de 2013
Rostro hirviente
Vuelvo
al melancólico hirviente,
Madre Santa
de boca
y garganta,
profundas...
En un todo gélido,
donde el calor
estalla desde dentro
de forma impertinente...
Caracolear por la superficie
de la botella,
sobre la superfizie.
¡Más adentro!
-murmuras.
al melancólico hirviente,
Madre Santa
de boca
y garganta,
profundas...
En un todo gélido,
donde el calor
estalla desde dentro
de forma impertinente...
Caracolear por la superficie
de la botella,
sobre la superfizie.
¡Más adentro!
-murmuras.
Sacar sapos de la traquea
Nunca se está demasiado
solo.
La voz se rompe
como el cristal.
Bajo el nivel
de absolutamente
todo...
Y me pregunto
donde
coño
he apoyado
las manos,
para tenerla tan agrietadas.
Mientras mi corazón
late, late, late
como si importara
mínimamente algo.
solo.
La voz se rompe
como el cristal.
Bajo el nivel
de absolutamente
todo...
Y me pregunto
donde
coño
he apoyado
las manos,
para tenerla tan agrietadas.
Mientras mi corazón
late, late, late
como si importara
mínimamente algo.
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