lunes, 26 de julio de 2010

Amor... en horas de madrugada


Mi vida... tantos atajos, tanta vida acumulada entre los dedos, antes de cada caricia. Tus labios, casi ni los recuerdo, mientras un regusto amargo de pasiones desaforadas se me queda en el cielo de la boca. Me muero. Cuesta imaginaros al otro lado del mar muerto, que durante noches fue tornado en encerado de baile.
No hay infiernos que podamos compartir para huir del frío...
Tristes tigres de rayas en el corazón, y sueños pasados por agua... mientras una preziosa Venecia se hunde bajo dos miradas que se alejan, como en busca de diferentes paraísos...
Recordando el amanecer de uno solo...
Acompañados... de un par de sombras, por entonces, aún, por siempre, enamoradas...

Me cuesta, y digo que cuesta porque ahora no puedo dejar de llorar, la sola idea de una sonrisa... cuando mientras estrellas se estrellan como siempre, como nunca, pupilas tricolor me escupen una tenue luz, bonita, demasiado hermosa.

Tengo miedo. Mi fortaleza es solo hielo.

Canciones... instantes en plata, hombres-lobo y lobos-hombre, tan solo es un baile - me decías. Te recuerdo que estoy aquí, que no dejaré que te hundas en la desdicha, que no todos los circos poseen carpas que lleguen hasta el sol, y que tus manos serán templos que mantener lejos de los sacrilegios de la locura del sueño...

No sé...

Arrancarme una segunda piel, hecha de ti, y encontrarme desnudo como hacia tanto que no me sentía...

Y ahora, no hago más que buscar la última marca de tus dientes, deseando que permanezca clavada, sabiendo que desapareció entre el viento que destronó las dunas de esos lares de Tarifa, sin tu presencia, ni la de millones de motas de oro.
Lo siento. Lo siento. Siento romperme los labios y que mi sangre, al igual que la de fénix no cure tus heridas. Hemos obrado en realidad, con fuerza, por amor, por falta de él, ¿quizás?, ¡No!, ¡No!, ¡No!

En mis hombros no caben marcas de un amor que anochece demasiado tarde, o demasiado temprano, dejándome un sabor agridulce en las lágrimas...

Te debo toda una vida...
Góndolas y fin del mundo...
canciones de suicidas... que acaban provocando sonrisa ajena...
Nantes, La flaca, Champagne, y un eterno lobo-hombre que solo me hace hundirme en mis tristezas...
Palabras y palabras para rellenar fragmentos de tiempo que cubran la distancia vivida desde la compra legal de whisky y más whisky, con exámenes que cambiarían nuestras vidas. Sevilla, ciudad de caos,¡Ven acógeme!, ¡Y luego vendrá ella!... ¿Miedo? ¿Quién tiene miedo a la locura de un amor sin precedentes? ¿Quién teme vivir?

Solo te(a)mo...que te conviertas en un fantasma o un susurro. No mereces oscurecer tus pupilas...
Solo sé...tras la reflexión del poeta...que me has dado tanto como veo, mis recuerdos están impregnados de tu impronta, pues buscaste crear un misterio, aunque ni siquiera existiera; que en lo idílico del 'Aquí estoy' no quede duda de mi voz, y que si algún día me da por tomar un atajo al Infierno, con paradas en ese fascinante parnaso violáceo, te llevaré en mi barca, sin cobrarte, ya que según cantan: las niñas bonitas no pagan dinero...

(En rima, sintiéndolo de corazón, te quiero...)


Pero no, pero no tengo la culpa, de que esto se esfume cada vez, como si fueran burbujas de champán francés... (No deja de sonar en mi cabeza...) (madrugada de champán y lacrimal…)