lunes, 5 de noviembre de 2012

Kraken de piel pálida

La princesa cansada
de tragar lagartos
se cosió los labios.
Monstruos
verdes
escamados
agrios, hilarantes, enormes
duros, ásperos y
llenos de dientes.

¿Por qué te los tragas?
¿Por qué dejas que te dejen quemada
la garganta,
la voz
hasta que te afilen
las cuerdas vocales... hasta que ya
no (¡No!)
te queden fuerzas para gritar?

            El miedo.
Sólo el miedo.
El demonio sabe por dentro
mejor que
            cortando por fuera-
Respondía entre balbuceos

Ni lágrimas,
ni ganas de tierra prometida.
El nuevo mundo
tiene grilletes
demasiado
de raíces pa' dentro...

            No te preocupes,
siempre me queda el conformismo.
me repites-

Sangra.
Mientras habla..
Habla, por no implosionarse...
                                                ¡Explota!,
          Aunque no tengo valor para pedírtelo.

No te quedes inmóvil
Aparta los lagartos
cría cuervos sobre ellos
cría callos
entre tus
dedos alargados
Que rasguen sus pieles de musgo
¡y escupe el veneno...!

Yo lo hago ya.
No tengo más saliva
Sigo escupiendo.
Sangre
más sangre
más sangre
y tú lloras

               No puedo,
Seguiré escupiendo.
No hay sombra
ni demonio que me
haga desfallecer.

Komodo maldito!
Malditas bestias
de dientes afilados
Atacad mi cuello
dejadla en paz
colgadme por los párpados,
no sigáis arrancándole el canto,
como a un ruiseñor caído.

                    No habrá miedo
-me repites
Nunca lo hubo.
Sólo conformismo...

No! No!
No! NO!! NO NO NO! ! !

No me cabe ni un ápice
de conformismo.
Seré más reptil que cada uno de ellos
me comeré sus huevos,
me comeré el mundo entero
si hace falta.
Pero levanta la vista
porque vuelve a caer la noche
y sigues tan caliente.

Todo acaba siendo una pesadilla
mientras te toco como la última vez
sabiendo que aunque te arranquen la piel
siempre queda el hueso.
Riámonos como hienas
en estado de celo
con infinitas ansias de vida,
y despertémonos sudando
de sopetón.