sábado, 29 de diciembre de 2012

...

Corazón a tientas
que sólo respira,
en la prolongación
de una última calada...

Corazón...

Distancia
abrupta
manipuladora
y caótica.

Mal sueño.
Pocas ganas
de ver amanecer
sobre la ácrea
realidad,
sus vampiras sombras,
su espíritu de vida...

Querer hundirse,
y no flotar,
habiendo perdido
la ilusión y la dama,
blanca perla.

Querer morir,
sin ganas
de alzar la vista
y volver a verlo
todo negro...

jueves, 6 de diciembre de 2012

Sangre fácil

Mares...
una sensación
como de humo
que me recorre
la piel...

Restos de mundo
en mis enzías.
¿Arde Babilonia!
Mi piel está tan fría.
Mis manos,
tan sumamente,
inmersas
en un frío glacial.

Mis dientes
tienen sombras
y restos
de un mundo,
difícil de digerir.

Un paro cardiaco
encima de un cuerpo
desnudo. Titubeante,
ansioso,
¡Gloria a los caídos!
entre las sábanas
descoloridas
por el exceso de aliento.

Limpiar mis dientes
con sarro ajeno.
Contonearme ante la muerte,
en un forzejeo,
baile de máscaras,
tras una fiera
sostenida sobre sus cuatro patas.

Lanzarme dentro,
sin dudas, indudablemente,
olvidar las sombras,
el mundo quebradizo.
Volver a crear
todo el universo,
en cada una de sus formas,
en el parpadeo de la noche.
Cerrada.
entre piernas abiertas...
ojos en busca de ojos,
y un calor sofocante.

Otra copa de vino,
y me volveré loco.
Te (en)volveré
y me quedarán fuerzas
para seguir reptando
por tu espalda...

martes, 20 de noviembre de 2012

Nada

Se me juntan
causas
y faltas de sentido.
Incoherencias,
y voces del más allá que dicen que abandone.
¿Me resigno?
Soy humano.
Me aferro
con ambas manos al borde
del abismo
que me separa de la nada
mientras se me deshacen las manos.
No vale más sentido
que aquel que
crece en tu estómago
y te pide que comas
por la mañana,
tarde,
o noche...
sentido vital.
Y hoy,
más que tantas veces,
pensar en otros sentidos
hace que se me revuelva el alma...

jueves, 15 de noviembre de 2012

Traspiés y paso acelerado

Negras ovejas
me muerden
los ojos.

Un paso
en falso,
uno de tantos,
desconsiderado
como el que más,
menos yo
que de costumbre.
Cansancio.
                              ¡Despierta!

Demasiado peso
sobre los párpados.
Arranco
las raíces podridas
y me encuentro de
nuevo
con esos
ojos que cansados
de mirar
se quedan petrificados.
Quiero arrancarme
la mala sensación
de perder
la fe.
Esperanzas que se aferran
pero que no salen a la luz.

Ovejas negras pasan
sobre mi sombra
y arrancan parte
de mi camino.
Me quedo frío.
No puedo apartarlas,
ni cogerlas
para lanzarlas lejos...

Necesito.
Agresividad y fuerza de golpe.
Tumbar en un K.O
severo
las malas tentaciones
que llevan a la depresión
a quien se descuelga
ciego
por la cornisa más escarpada.
No soy ningún héroe,
pero te prometo,
que si los demonios
siguen mordiéndome las muñecas
y las piernas,
abriré la boca
y clavaré mis dientes
sobre cada demoníaco bovino
que en una cuenta atrás
de pesadez interminable
me haga olvidar lo que de verdad
me da la vida.

Fuerza, vida...
todo por la saliva de mi garganta
y el aire que entra
para salir
en pleno huracán de mis pulmones.
Pequeña, Dorothy,
arrástrame contigo.
No hay brujas donde vamos,
sólo demasiada lluvia
y niebla de aliento caliente.

Nuestro Sinaí...
siempre con regusto a ceniza.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Kraken de piel pálida

La princesa cansada
de tragar lagartos
se cosió los labios.
Monstruos
verdes
escamados
agrios, hilarantes, enormes
duros, ásperos y
llenos de dientes.

¿Por qué te los tragas?
¿Por qué dejas que te dejen quemada
la garganta,
la voz
hasta que te afilen
las cuerdas vocales... hasta que ya
no (¡No!)
te queden fuerzas para gritar?

            El miedo.
Sólo el miedo.
El demonio sabe por dentro
mejor que
            cortando por fuera-
Respondía entre balbuceos

Ni lágrimas,
ni ganas de tierra prometida.
El nuevo mundo
tiene grilletes
demasiado
de raíces pa' dentro...

            No te preocupes,
siempre me queda el conformismo.
me repites-

Sangra.
Mientras habla..
Habla, por no implosionarse...
                                                ¡Explota!,
          Aunque no tengo valor para pedírtelo.

No te quedes inmóvil
Aparta los lagartos
cría cuervos sobre ellos
cría callos
entre tus
dedos alargados
Que rasguen sus pieles de musgo
¡y escupe el veneno...!

Yo lo hago ya.
No tengo más saliva
Sigo escupiendo.
Sangre
más sangre
más sangre
y tú lloras

               No puedo,
Seguiré escupiendo.
No hay sombra
ni demonio que me
haga desfallecer.

Komodo maldito!
Malditas bestias
de dientes afilados
Atacad mi cuello
dejadla en paz
colgadme por los párpados,
no sigáis arrancándole el canto,
como a un ruiseñor caído.

                    No habrá miedo
-me repites
Nunca lo hubo.
Sólo conformismo...

No! No!
No! NO!! NO NO NO! ! !

No me cabe ni un ápice
de conformismo.
Seré más reptil que cada uno de ellos
me comeré sus huevos,
me comeré el mundo entero
si hace falta.
Pero levanta la vista
porque vuelve a caer la noche
y sigues tan caliente.

Todo acaba siendo una pesadilla
mientras te toco como la última vez
sabiendo que aunque te arranquen la piel
siempre queda el hueso.
Riámonos como hienas
en estado de celo
con infinitas ansias de vida,
y despertémonos sudando
de sopetón.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Todo por un poco de locura

Como un Zaratustra de barro.
Árido. Acentuado.
Sigo un camino
delineado
recto,
sin nombre...
Me caigo
cientos de veces,
astillando mis dedos,
mi alma;
cortando las ataduras a la pureza
de contemplarlo todo
con ojos de dios.
Perfección,
mesura,
castidad.

Estoy desvirgado.
En tantos
y tan innobles sentidos,
que cuando cierro los ojos
antes de dormir
suele excitarme la idea
de seguir siendo yo mismo
al despertar.
Vida eterna de pecador,
que redescubre su causa,
y que entre acto y acto
se queda con la mente en blanco.

Reflexionar.
Procurar apartar profundas divagaciones.
Necesito meterme a veces
en coliseos insustanciales
donde leones y tigres
dejen de ser miedos y traumas,
siendo sólo eso:
leones y tigres,
que destripen
cercenen
y devoren mis tripas.
Temer por la vida,
viendo llegar la barca
del gólgota negro.
Contemplar como la sombra absorve la vida.
Sonreir.
La vida sigue. Sigue. Sigue...
Lo insustancial,
en dosis de deseintoxicado,
consigue aportar lo mismo
que un poco de humo
tras un polvo perfecto.

Personalmente,
me encanta<.
Agradezco sus efectos,
su "ninguna pretensión",
su exorcismo de la compleja paradicmática
que envuelve el mundo.

¿Qúe es insustancial?
-Me pregunto
tras escupir demasiadas palabras.
Tú y yo, lo somos.
Quizás más yo, que tú.
Todo lo llevadero.
Aquello que consigue excitarte en las situaciones
más inverosímiles...
Aquello que vestido de obsesión
aparta tu mente del cotarro.
El corazón lo es.
El león y el tigre.
Amar, latir, mandar sangre
a propulsión desde dentro.
Eso es vida aún sin madurar.
Todo lo ligado al raciocinio,
al pensar
y el estar jodido...
queda simbolizado
como importancia primera,
impidiendo que entre sus amasijos
se cuelen los vapores tóxicos
y desinhibidores
que conviertieron a Alonso Quijano
en el perfecto caballero...
sin pecado cometido,
realizado, y "puraesencia".

Deudor de guisantes


He tardado demasiado
en volver a abrir la boca.
Pero el tiempo no perdona.
las palabras
se atragantan
y balancean
en un limbo personal,
donde sólo consigue zafar
la fortaleza interior
y las ganas de largarse.
Detesto
no emitir
 más que un balbuceo.
Infantil e inmóvil.
¡Mi vida, mi pura esencia!
Relegada a una mirada
con nostalgia.
Pero como toda
mal mosca,
que huele la cerveza
y la podredumbre
arranco
mi silencio
como el sol
me arranca la piel,
nada más amanecer.
Y aparezco,
desde una invisibilidad,
no diré que programada,
pero sí descatalogada.
Para decir:
¡Soy yo, huelo el mundo!
¡Si alguien quiere impedirlo,
que levante la mano
y me lanze su lengua!

Un ejercicio de fe.
Dejar escapar
lo que procrea en mi cabeza.
Aún sin que nada me mueva,
ni tenga un maestro
al que debiera honrar con mi
poética, lírica, rima asonante…
(risas)
Sólo son palabras.
Pero joder…
Hoy son las mías.
Y eso me encanta.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Corazón que sofoca

No por amanezer
de forma continuada
se practica el escapismo
de las horas de sueño.
Noches cerradas,
a cal y canto.

Secuencias sin interludios
o intermedios de sueño.

Lágrimas
cayendo por debajo
de la piel.

Amaneze
y un reguera tenue
de frío me paraliza
la garganta.

Siempre cae la noche,
sin demora,
interpretando la canción
que todos conocemos,
que nadie oye
mientras duerme profundo,
pero que en mi caso
escucho hasta la saciedad.
Un lamento,
un sonido prolongado,
en una sola nota sostenida,
aguda y ahogada.
Un lamento sin tristeza alguna,
como gritos de gato
mientras cierras el saco...

La noche me conmueve
y me incita a perderme.
En mí, entre mí, conmigo...
Procuro cerrar los ojos
durante el día,
para que al anochezer
sea mi oído,
y no mi vista,
quien me dicte
la pauta a seguir.
La locura interminable.
El corazón a bocanadas.

Hojas amigas

Demasiado profundo.
Honda hondonada...
Otoño,
con cada uno
de sus rascacielos.
No paro de apartarme
malditas hojas de la cara.
Blandas, opacas y ásperas
hojas en mi cara.
¿Para qué engañarme?
No por insuflarme
espíritu de otoño,
y quitarme mosquitos
imaginando que son hojas,
dejará de ser verano.
Verano de calor y más calor.
De falta de calidez.
Mustia sombra
la que me acompaña.
Mustio todo,
excepto el bochorno
que del sol se me adhiere.

martes, 24 de julio de 2012

Zorras y vino deshilachado

Riesgo.
Cardenales
de un negro
apasionado
en la planta izquierda
del pie.
Tras una caída aparatosa.
Tras resbalarme con
mi propia
sombra y
pisotear un corazón
que convertido
en zapato de cristal
sólo sirvió
para un último vals
de sudor y sangre.

Las fuerzas
no siempre
pueden servirse.
Mi cuello alberga una tensión
que desarticula mis gestos,
consiguiendo tornar
mi fijación de músculos
en deforme consonancia,
en un frío
e hierático semblante.
Sin arrugas ni vida.
Como uno más...

Necesito un buen boca a boca.
Que se me salga hasta la última gota
de agua salada de los pulmones.
No atragantarme más con la lengua,
a no ser que sea ajena,
y comerme el mundo
ensartando sus negras nubes
con las astillas que tengo clavadas
entre cada órgano, ...
                             cada voz, ...
                                               cada paso...
Y que si hay algún  miedo...
 Que salga de tu garganta
mientras mi esperma se disuelve en ella.
Miedos con esencia a vida nueva.
Pesadillas de escaso valor.
Autopistas de noche
No hay más amanezeres.
Se escuchan grillos,
gritos...
y orgasmos ideados.
Idílicas muestras
de que algo se mantiene latiente
entre las horas de días muertos.
Piel de serpiente.
...Te toco...
Tienes piel de serpiente.
Abre tus piernas
y ofréceme la manzana.
Tan sólo necesito
tumbarme al sol
con semejanzas a iguanas,
y sacar la lengua
para sentir la brisa.
(mientras el sabor
de la manzana
se corre por mis labios...)

Vamos! Vamos!

La voz ronca
de gritar
a todo
lo que me rodea.
Ataques de ansiedad,
mientras
el control se me escapa
de las manos.

No sé si caeré
rendido
en mitad de la calle,
o seré pasto
o abono
de cunetas frías.
Mi cuerpo está
convaleciente,
herido
y precozmente
envejecido,
por el exceso de miedo,
el sofoco
de ver arder mi cerebro
mientras duermo,
y esa nauseabunda sensación
de ansiar algo
tan profundo
que en su ausencia
se me quiebra el alma,
hasta dejar un trazo
cenízeo,
irregular,
tenue y oscuro;
con forma
de corazón.

lunes, 16 de julio de 2012

Sacramento Road

Tango.
Copas a ritmo
de un sexo
que se cueze.

Más lento que nunca,
como si nos hubiésemos desgastado.
Conocido y revisado
hasta una saciedad que turba.

Labios de roze lejano,
penetraciones
apasionadas
por el deseo mismo de la pasión.
Sentirme dentro tuya
y al mismo tiempo, no verte.

Mis pulmones son cuevas
de vampiro
y me huele el aliento a ajo.
Se me mueren las arterias
y no tengo siquiera sangre
con que formar la escena del crimen.

Caeré. Aún no.

Ojalá haya una mano
entre mi cara
y un suelo.
Duele.

(Te)Ansío...

                     ...Acabar.

Ojos cerrados
Sentir(me)
especial
sin serlo
en nada.

Nunca tuve tanto miedo,
del tono humano en voz,
de pasarme de ganas
y encontrarme con las cuerdas
vocales
esparcidas por el suelo.

Y el alma,
tatuada,
bajo los párpados.

Poco

Caballos sin alas. 
Arenas tibias, 
árida...
y llenas de monstruos esquivos. 
Lanzas de garganta emergente.
Corazones de piedra en el riñón.
Ganas de algo.

Sobreposeído...

Un estómago gris.
Padecer,
demasiado parecido
a comerse las uñas.
Satán de cartón piedra
a la vuelta
de cada esquina.
Frío.
Con la frente ardiendo.

Piel.
Marcas de astillas,
como clavos
de cristos muertos.
Agujeros hondos,
como pozos sin fondo.
Pedir un deseo.
Morderse(me) los labios,
las ganas de todo,
la propia boca
del estómago.
Días ácidos,
de insufrible acidez.
Piel quemada.
Sudor anulado.
Sabor a ranzio
al mirarme al espejo.

Estirar cada órgano interno
para tapar las grietas.
Sacar a la luz hasta la última
última última última última
gota de sangre,
seco,
y asir hacia mí la vida.
Tapar los posibles abismos,
y atarme por el cuello a lo alto.
Ahorcar mis demonios,
correosos al morbo,
y escalar hacia lo alto,
clavando mis dientes en la cuerda.
Me llevará un buen
puñado de noches
alcanzar algo.
Sentir nada.
Iluminar mis manos.
Mereze la pena.
Vivir.
Alejando de la muerte
el reflejo de mis dedos.
(Cansado de acariciarla).

Tendencia al horror;
Envolverse en compresas usadas
y fingir un asesinato.
Simposios mentales
acerca del cáncer.
Rabia.
Corazón(es)...
Explosión volcánica
mientras me escondo bajo
una mesa de madera barata.
Encontrando la calma
del que sin temer la muerte
siente una ilusión
por seguir cercenando malos
tramos de camino
hacia el núcleo mismo
de la tierra prometida.

jueves, 12 de julio de 2012

Droga Droga Droga

No hay suficiente angustia.
No hay...

Techo sobre mi hombros.
Hueco
cóncavo
donde antes
reposaba
un puñado
maltrecho de arterias.
Voz rota.
Apresado
y reprehendido
por la Justicia
moral
que gobierna
el cielo en
la tierra.
Cansado.
Quizás cada vez
menos acompañado.
Más sólo.
Ni mi ideario mental
ni mis labios
ni el suelo que piso
tienen ningún privilegio.
Son parte
más de un mundo
que sin apresurarse,
por desgrazia,
se me desmorona.

domingo, 1 de julio de 2012

Santa Claus intravenoso

Queda la boca.
Puedo escupir sangre,
mover la lengua
entre los dientes.
Cortarme la respiración,
inflándome como un
pez
globo.
Un agujero negro
con el cual introducirme
en sociedad
o ensuciarme
entre sus bajos fondos.

Me queda la boca,
cuando no me queda
apenas nada.
Derrumbado el techo
con el cual
resguardarme
cuando empieze a granizar.
Con un corazón,
que de agrietarse
crea moho entre sus venas.
Habiendo perdido
un puñado inexacto
de latidos.
Siempre ajenos.
En adopción, propios.

No me queda ilusión
para excitarme,
pensando,
todo lo puedo.
TODO
absolutamente
TODO todo todo todo todo todo todo...

Mi alma sufre de anorexia.
Gramo a gramo.
Mi piel se muda
como la de un basilisco,
hacia tierras más húmedas.
Con los párpados hinchados.
Sangre coagulada bajo ellos.
Un temblor entre los dedos.


No he abierto los ojos
en el mejor momento.
Me ha tocado día de colecta.
Me han arrancado los órganos internos
para venderlos a prezio de coste.
¡Nada,
y si digo nada,
es nada!
El humo, intangible y espiral,
no vale siquiera 
lo que me falta de alma
para sentirme completamente humano.
Si me quedo hueco,
matroska,
que me rellenen con paja.
No importa si
el paisaje huele a monóxido.
El olor es buen punto de partida
para poder deambular
ciego de sensaciones
olfateando, perro mundo,
restos de rastro de restos
de un corazón mutilado.


domingo, 24 de junio de 2012

Transporte hacia tus pies

Voy a estirar los dedos
para llevarme
en las uñas, entre
ellas,
los pedazos
de un mundo
con ansia de derribo.

Con la piel muerta
y los ojos cansados.
La boca llena
de sobras,
del día de ayer.
Sabiéndome a mañana.

He llegado a medir
la altura exacta,
para ver desde lo alto
como llueve
y se encharca
un mundo,
suzio, suzio, suzio;
en el cual residen
pequeñas razones
de existencia.

Tristes arpones
sacados a presión
de cada ventrículo
que bombeaba demasiado.
Ballenas varadas.
La orilla queda demasiado fría.
Nada, calienta (a tientas).
Seré un pedazo más
de mundo.
Un pedazo más de labio,
carne, o párpado,
que alguien guardará bajo sus uñas.
Pruebas mediocres de un crimen.
Medias noches, amargas.
Remediables medios rozes.
Sabor a cobre.

Habiendo sido, siendo,
comprendo,
que nada es tan complicado,
como cerrar los puños
sin aplastar ninguna sensación.
Quememos el mundo juntos.
Desnudos.
Toscos y  entre-cosidos.



viernes, 25 de mayo de 2012

Ensayo a un amigo

He soportado
que me golpeen
en la boca
por miedo
a darse contra la pared.
He puesto la otra mejilla,
la otra boca,
con sus respectivos labios.
Y ahora parezco
medio gilipollas.
Con la sangre
cayéndome de entre
los dientes.
Sabor a cobre.
Me excita la vida,
cuando
intentando mantener a mi lado
a las almas perdidas,
me hacen perder
los dientes
como si de un elefante  me tratara.

Soy un piedra.
Mis emociones son  secundarias.
Si ahora
se me rompe el corazón
y me
caen
un puñado de lágrimas ácidas
por la cara
será
porque me estoy haciendo viejo.
O porque
se me está deshidratando el cerebro
de tanto ponerlo en mi camino.

sábado, 5 de mayo de 2012

Balada de menta

Una lluvia
fina
que apenas
roza el suelo.
Intensidad
como parpadeo.
Y mis manos
húmedas,
fuera de la ventana
esperando
llenarse de agujeros
a través
de los cuales
mirar
el horizonte
de diversa perspectiva.

Una lluvia que cae despazio,
sin ritmo definido.
Tempo expuesto
a morirse ahora mismo,
sin pausa,
sin apenas silencio.
Temprano
para toser de sueño,
aún siendo lo
suficientemente
joven
para tirarse al vacío
y verle el lado positivo.

viernes, 4 de mayo de 2012

Carne fresca

Otra noche
con los ojos
medio cerrados.
El sueño
últimamente me puede.
Demasiado.
Envuelto en vaho
de chesca y pólvora.
No puedo abrir más los ojos.
Los tengo cansados.

Me dispongo
en un momento
importante
de mi vida
a terminar
con cada mal
y agrio
agrioagrio
demonio
del pasado.
Lo consigo.
Sé que lo consigo.
Vuelvo a sentir
mis ´sabanas calientes.
Húmedas.
Movidas y correosas.
Vivas
Me siento de nuevo abierto
en canal
por una sensación
que más que reconfortar
me atraganta.
Me encanta.
Olor a carne fresca.
Piel curtida a diente.
Dura respiración
Duras respiraciones.

Moverse
entre piernas
propias
y ajenas.
Recorrerse
con los ojos,
como buscando
el camino hacia Roma.
La saliva en su punto álgido.
El corazón gritando
que está vivo.
Nunca estuve tan perdido.
Nunca antes
pude hallarme
más amargo.

Las sábanas comienzan a hablarme
de tu olor.
Tengo cicatrices
en el hígado y los muslos
de sentirte tan dentro...

miércoles, 25 de abril de 2012

Sólo so el caelio

Encontrar
un pedazo de antes
y ahora,
ahora,
más que nunca,
sentirme
un pedazo de ceniza
pegado a la fuerza.

Renovación.
Aire fresco.
Sudar indiscriminada-
mente.
Encontrar a Dios,
dentro de tu boca.

Morirme
por morirme,
sin nada,
que me preocupe demasiado.
Un instante
prolongado
de contra-ansiedad.

Es importante
para quien acostumbrado a soñar,
se olvida de todo,
lo que puede y deja de hacer.
Como por inercia.
Es importante,
poder coger las riendas negras
de cada cadavérico recuerdo,
cada mala follada
o cada dolor de cabeza.
Ser humano no es fácil.
No tomar la decisión correcta,
menos aún.
Pero me encanta el riesgo,
de volver a la vida...

martes, 24 de abril de 2012

Opio, entre espa(l)das

Por todos los medios
me cargué
huesos de
más
sobre mis
hombros cansados.
Demasiado pisar
fuerte
sobre un camino,
como siempre,
inacabado y eter-
No.

Complicado.
Te vuelves
en mitad de
la noche
y te brillan los ojos.
Están cerrados.
Una punzada.
                     Una punzada aún
                                                  más fuerte.

¿Cómo se puede
alcanzar
una estabilidad psicológica
cuando salen de la espalda
raíces de secuoya
que te roban el aire
de los pulmones?
    Me encargaré
de transformar
esas punzadas,
de colmillos
a presión.
Necesito tenerte.
Arriba.
Más dentro.
Cómo si no fueras real.
Y cuando,
vuelva el murmullo,
que se te escapa desde dentro
gritaremos
al mismo tiempo.
Dos bestias
salvajes
en celo,
buscando una nota común.
Un par de hojas,
que en su espera de otoño,
caen desde las alturas
sin dejar de andar el vuelo.

Habrá un escaso segundo
en que mi tinta pueda
sonsacarte una sonrisa,
aún siendo tatuado por dentro,
aún siendo,
sin nacer, aún,
un pedazo de forma inconexa
con que moldear tu boca
para besarte luego.

martes, 27 de marzo de 2012

La piel del oso

Cuando se me pide lengua
sin tragármela
sin quedarme sin voz.
Mudo.
No lo sé,
siendo a ciencia cierta
sincero.

No me gusta
no poder
saber
si las yemas
de mis dedos
están quemadas
por la razón
que sea.

Cambiarme
la piel
por dentro
no es siempre
fácil.

Pero
la carne del oso,
tiene como encanto
su sabor rancio.
Las bestias muerden.
Su rancio regusto.
Con o sin oso.
Acaba quedando
sólo
los pedazos de carne
entre las enzías.
Merece la pena.
Merece la pena.
Merece la pena.
Merece la pena.

Toda excusa
se desvía del asunto
en clave.
(de oso)

lunes, 12 de marzo de 2012

Chica; (en Opio)

Cuerpo humano.
Extremidades.
Carne
sobre carne
sobre más y más carne.
Sudor frío,
más tarde, caliente.
Se me quedan
los músculos
y las manos
hechas un ovillo.
Entrelazado
entre piel frío,
de pies
hielo puro.
Invierno
que me recoge
dentro de sí mismo.

Una voz de fondo.
¡Vuelve!
me reprocha.
Por más que deseo
no perderme demasiado,
acabo con los dedos
desgastados,
como cuando
aún en plena niñez
me sumergía sin límite
ni conciencia
en el fondo de la bañera.

¡Vuelve! - Involuntariamente
me sigo perdiendo.
(En lo que soy, y sigo siendo)
Un pedazo de garganta
ajena
atrofiada y escrupulosa
a la saliva ajena
escupida sin fuerza,
ni ganas, ni pretensión
de crear onda en toda superficie líquida.
Sé leche.
Sé whisky.
Sed.
Misma forma,
misma voz,
mismo carácter,
reconstruido sobre cenizas
casi intangibles.
Sed de ti.

Vuelvo. Y no encuentro
más
que lo que esperaba.
No tenerme el corazón
con giros inverosímiles,
de trazado amargo.
Quizás
            algunas
puntas de flecha
envenenadas
de vez en cuando,
pero siempre ala deriva.
Tal como fuese la del propio Cid.

No por miedo
cambio mis colmillos
por halagos desprovistos de vida.
Permitirlo sería de cobarde.
Por loco ahogaría mis propios ojos
para enjugar mi vista entera
y ver en nuevo, lo que antes no lo fuera.
Pero nunca,
ante nada,
tiraría la llave.
Si con ella te puedo abrir el alma.
Y si en sí misma, es la sensación
de cada mirada mutua,
y cada desacompasado
mal momento
y buen instante,
que consigo arrancarte.

El perro envejece,
pero no su fascinación
por oler culos ajenos.

sábado, 3 de marzo de 2012

¿Qué coño importa?

Con la mirada
 rota
sin demasiadas
ganas
de abrirse
y observar,
pues por sentir,
casi que no
siento, quisiera.
Necesito ver,
abrir los ojos
de par en par
y comerme cada puñetero detalle,
cada mala hoja seca,
pájaro muerto y gris cemento.
Quiero.

No tengo excusas
si un Dios
de corte neofascista
me arranca
la buena estrella
y me recibe
al despertar
con un puñetazo
en uno de los lados
de la cara.
Sangrando...
me levanto.
(Aunque sangrase por fuera)
No importa.
Ni le importa a él,
ni demasiado a mí.
Estoy acostumbrado
a girar la cabeza
cuando oigo mi nombre.
A dedicarme a oler
lo que otros simplemente devoran
con sus pupilas brillantes.
Mi lengua putrefacta como lazarillo.
Mis pies fríos, de forma asombrosa.
No me dedicaré a mirarte
de reojo.
Supongo que puedes serme infiel...

martes, 14 de febrero de 2012

Sí (Atras Bilis I)

A garganta
    seca
reseca.
Sequedad
de piel
que se me extiende
a un ritmo desenfrenado
mientras sigue haciendo frío.Mientras sigue haciendo
frío
Mientras sigue haciendo frío.

Celos
del calor, de
la no lluvia,
de días pasados,
¿pasados?
fríos,
como los de ahora,
en los que
la piel
se me rompe
y entre
sus pliegues
se me forman
grietas.

Me gusta el frío.
Quizás demasiado.
No me aporta
nada
salir
y que el sudor
me bañe
todo el cuerpo.
Aunque detesto
llevarme algo
caliente a la
boca
y que por tener los labios
rotos,
celosos y quebradizos,
todo me sepa a sangre.

domingo, 1 de enero de 2012

Mala base al nuevo año

El miedo
se te come
por dentro...
                    tan dentro...
que no
se puede
ni abrir la boca
sin sentir como
la lengua
se seca
entera.

He arriesgado mis manos
apostándolas
en "cuchillos
que se clavan"
y mala comunicación
conmigo mismo.

No quiero
acabar
destripado
bajo las sábanas
inutilizado
y sólo.
Tengo
fantasmas
grises
que me cogen por el cuello
y gritan mi nombre.

Por más que me acompleje
la complejidad
que pasa por mi cabeza,
sigo
saltando al vacío,
(pongamos sentido metafórico)
empujado
por mi propio miedo.

No me soltaré...
No me soltaré...
No me voy a soltar...

Siempre que falla algo
en lo más hondo
de mis entrañas
recorre un sentimiento frío
mi interior.
O viceversa.
Lo importante
es no poder
aguantar las lágrimas
cuando oigo
una posibilidad
en alza
de que se me cierre la puerta
y no tenga fuerzas
para quedarme
de nuevo
angustiado
por una complejidad
tan propia
y tan sagrada
que me cueste la vida
o parte de ella.

Escupo sobre mis principios,
erigiendo unos nuevos.
Mi base emocional
es el fondo quemado de una sartén
tras un desayuno de ceniza.
Nada sabe mejor
que un poco de fuego al despertar.
Negro...
             ...todo me sabe tan negro...

Despertar...
aunado
por labio
                 mejillas hinchadas
                            boca "sobre-abierta"
              corazón a medio roce
y sabor a humo.

Estirar la lengua
cuando caen burbujas de jabón
siempre merece la pena.