viernes, 24 de septiembre de 2010

Humo...

¿Entonces volar?
Hace una noche preziosa,
aunque todas lo parecen...

Sí, no me dejaré por entre tus sábanas
hacia la oscuridad
sin antes plantarte
en los campanarios de tus párpados
besos de nido de cigüeña.

Vértigo,
vorágines de pelo enamarañado
y dolerme por dentro.
Quizás debe retroceder
y renunciar a lo que causa chispa...

¿adecuada?

Todo lo que puede serlo,
sentirse vivo, en puro vilo.
Consecuente ante las águilas,
el humo, el mal de amor,
el frío, una risa que mata,
los orgasmos en flor,
y los cadáveres del rocío...

Y no me arrepiento
de que me falten dientes
en la disputa de un alma.

Todos morimos de algo
-Me repites a ciegas.
Todos morimos, y punto.

Escaleras frías.
Coño de luz de luna.
¡Corre! ¿Quien te envía?
¿Me guardas el corazón?
No quiero que se moje.

Incluso sombra afeminada
solo te faltan las alas
y serías prezziosa...
pero no todos los días son fiesta.

Mientras te repito
que aprenderé a volar.
Tengo motivos suficientes,
labios, o un crimen programado
perfecto.
Arder.
Quemao, con hielo.

Bebámonos a morro,
bailar un vals,
desnudos,
y, ¿sabes qué?
No tengo miedo a perder(me)

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Sonreir...

Me metido bajo una ducha de agua hirviendo.
Cataratas en piel, que hierve
a la temperatura del agua.

Y no importa si hoy salgo
con la cabeza seca de ideas.
Quizás mañana le de por llover,
y entonces comiencen las cefaleas.

A pesar de ir dando tumbos,
me da por sonreir,
con dos lágrimas
a parpados cerrados.

Porque extraviado en mí,
salgo a ciegas con unas manos frías,
pero si no luchara por la calidez,
a bien seguro, no amaría...

lunes, 20 de septiembre de 2010

Hole in the Earth...

Hueco por dentro,
vasos derramados y chicas desnudas,
sueño a destiempo, hora de vomitar,
mañana en silencio.

Vuelvo a quedarme solo,
mientras las sombras se levantan.
Estoy, por no decir siento,
cansado de amar...y sentirme tara.
Trago los restos de ayer,
doble raciónde alma quemada...

Y no me arrepiento de luchar(me)
ni de que nada sea perfecto.
No es el momento de mi muerte,
no es el momento...

Puños fríos, me tiembla pensar las caricias,
la piel caliente, la voz humeante,
el coño tierno...
todo suena malsonante...
cuando uno calla...
por no seguir sintiendo...
por no decir lo sentido.

Por un puñado de jazmines y
caerse vivo de espaldas.
Pájaros.
Veo como se posan en mis entrañas.