Me metido bajo una ducha de agua hirviendo.
Cataratas en piel, que hierve
a la temperatura del agua.
Y no importa si hoy salgo
con la cabeza seca de ideas.
Quizás mañana le de por llover,
y entonces comiencen las cefaleas.
A pesar de ir dando tumbos,
me da por sonreir,
con dos lágrimas
a parpados cerrados.
Porque extraviado en mí,
salgo a ciegas con unas manos frías,
pero si no luchara por la calidez,
a bien seguro, no amaría...
No hay comentarios:
Publicar un comentario