jueves, 12 de julio de 2012

Droga Droga Droga

No hay suficiente angustia.
No hay...

Techo sobre mi hombros.
Hueco
cóncavo
donde antes
reposaba
un puñado
maltrecho de arterias.
Voz rota.
Apresado
y reprehendido
por la Justicia
moral
que gobierna
el cielo en
la tierra.
Cansado.
Quizás cada vez
menos acompañado.
Más sólo.
Ni mi ideario mental
ni mis labios
ni el suelo que piso
tienen ningún privilegio.
Son parte
más de un mundo
que sin apresurarse,
por desgrazia,
se me desmorona.