lunes, 18 de julio de 2011

Pleasure

Cerveza.
No, prefiero tomar otra cosa.
Cerveza.
No.
Voy.
¿Puedes ir tú?
A Favour…
¿Pleasure?
A Favour, please.
(sonriendo)
Pleasure.
No, favour.
‘’Ple-ser’’
¿Ser?
Pleser, tan y como suena.
No entiendo.
Voy, yo.

Inconformismo

No me conformo
con menos
Que un tajo
En ambas mejillas.
Ni puedo
ni deseo
quedarme
saboreando el conformismo.
Si tengo que colgarme del cuello
para subir más arriba,
que mi nuez sea el toquetear
de las campanas
a la hora de llamarme a filas.

Mis ganas
de lanzarme al vacío
con las manos vacías,
en pos de una incertidumbre
que siempre sincera
me hace temblar.
Pero sigo vivo,
y la duda me da fuerzas.


Ninguna de mis decisiones
vale más que mis cicatrices.
Respiro.
El suelo baile a mis pies.
Si acabo matándome
más de la cuenta,
que sea por algo
que merezca la pena.

Calor

El calor
Me impide subir las persianas.
Es sofocante
Y asfixiante.
Sólo
Cuando comienza a respirarse
Algo de brisa
Puedo arrancarme
Del aislamiento,
Provocado y necesario,
Para sentir un soplo
De aire fresco
Por mi garganta.

Mientras tanto
A mi alrededor
No hay nadie.
Haitualmente
Cuando miro hacia abajo,
Al patio de vecinos
Se me erizan
tres o cuatro gatos
a los que mantengo la mirada.
Pero hoy
no queda ninguno.

Me gusta la sensación
De esconderme del mundo,
Dentro de una oscuridad
Que me huele
Propia,
Para salir al rato
Y seguir estando
Igualmente
Perdido
En mí mismo.

El silencio,
Solo
Con un poco de azúcar,
Es como volver a nacer,
Sin preocupaciones que valgan.

Kafka fuera de la taza

Esta misma noche
mientras estaba sentado
en la taza del váter,
imaginé
que aparecía mi madre,
y me encontraba
con la cabeza
de una cucaracha.

Mi cuerpo,
tal y como
siempre,
con una cabeza
de bicho.
Morada,
con antenas sobresalientes,
y unas pinzas
donde debiera tener la boca.

Es cierto que hay días
que me siento
un bicho sucio
y nauseabundo.
Pero tampoco es algo
que me llegue a horrorizar.
Si me convierto,
espero no tener
la poca fortuna
de desgraciarle la noche
a mi madre;
Y que si me encuentra,
al menos,
tenga la delicadeza
de tirar de la cadena,
después de darme
un beso
de buenas noches.

No lo necesito

No lo necesito.
Quemarme
Las postillas
Resecas
De las necedades vividas,
Lo sentido
Y la exaltación
Pasada
Del yo.
No alcanzaré
Con las manos abiertas
nada de lo que cuelga
allá en lo alto.
El cielo me queda demasiado lejos,
con sus nubes de algodón
y sus ángeles desnudos.

Arrancarme
más y más
las uñas con los dientes
y quedarme
en una sensación
de desolló…
Infectado
 cada vez más
por unos demonios
que sentados
sobre mi espalda,
usan mis ojos
para apostar
las horas de sueño
que perderé
Casi perdido
en mitad el vacío…

Intento encontrar
las baldosas de aquella
tierra de Oz,
amarillas,
como el éxito mismo.
(lo dorado y su brillantez
me produce alergia)
Quizás sólo recogen
el fruto pálido,
 o un reflejo
simbólico,
de la piel
de todos aquellos que sueñan,
y en mitad del insomnio
quedan mudos,
y sin sangre…