viernes, 4 de mayo de 2012

Carne fresca

Otra noche
con los ojos
medio cerrados.
El sueño
últimamente me puede.
Demasiado.
Envuelto en vaho
de chesca y pólvora.
No puedo abrir más los ojos.
Los tengo cansados.

Me dispongo
en un momento
importante
de mi vida
a terminar
con cada mal
y agrio
agrioagrio
demonio
del pasado.
Lo consigo.
Sé que lo consigo.
Vuelvo a sentir
mis ´sabanas calientes.
Húmedas.
Movidas y correosas.
Vivas
Me siento de nuevo abierto
en canal
por una sensación
que más que reconfortar
me atraganta.
Me encanta.
Olor a carne fresca.
Piel curtida a diente.
Dura respiración
Duras respiraciones.

Moverse
entre piernas
propias
y ajenas.
Recorrerse
con los ojos,
como buscando
el camino hacia Roma.
La saliva en su punto álgido.
El corazón gritando
que está vivo.
Nunca estuve tan perdido.
Nunca antes
pude hallarme
más amargo.

Las sábanas comienzan a hablarme
de tu olor.
Tengo cicatrices
en el hígado y los muslos
de sentirte tan dentro...

No hay comentarios:

Publicar un comentario