martes, 14 de septiembre de 2010

My ilusions...

Manos apagadas. Me quedan dos manos apagadas, y una voz demasiado ronca para seguir llorando. ¿Llanto?, que digo... Hace ya demasiado. Me tengo en pie, con los labios amoratados de autosuplicarme por qué camino seguir sin hundirme, y me faltan las fuerzas para arrancarme el corazón. Tragicomedias griegas, frías y sin mucho sentido. Tragicomedias. Me estoy muriendo por dentro y no sé cuanto más podrán mis ojos seguir mirando, y mis pulmones respirando. Cda día tengo los pulmones más llenos de humo. No puedo aguantar los nervios. Estallaré en cualquier momento, y cuando lo haga, salpicaré de alquitrán a todos los fantasmas que me rodean...
Daño lo que amo...

Mato lo que ansío...

Y no me cuesta nada seguir vivo, mientras me nutro de los labios de otras personas. No sé si merezco segundas oportunidades, ni si el humo que me encharca la voz, es calmante o cáncer en formato agridulce.
Amor, parece que todo se reduce al amor, no tengas fe en mí. Vive. Intentas luchar para convencerme de algo que no consigo sentir como antes. De algo que nunca sentí, porque no nos conocemos. Estoy solo, y no paro de hablar solo, conmigo mismo, mientras esas lágrimas que no me salen, se me quedan dentro, muy hondo, donde ni las caricias alcanzan...

-Bella opiácea... os sueño constantemente, pero temo haceros trizas... - se decía a sí mismo la flor de la amapola, tras estar vomitando toda la noche...

Quiero luchar...más no puedo del todo. Lucho, amo, busco la formade darme alas y volar, aunque sea mutando mis malditas vertebras cervicales hasta acabar estallando como un maldito cometa, que sin hilos, ni niñas bonitas que lo sujeten, acaba perdiéndose en el cielo, entre nubes, a saber de que sabor, y paraísos por debajo del valor de la luz en esta puro que flota más arriba...

Intento subir. Me arranco los labios para perder peso, me arranco las manos, mientras se me mueren las caricias, y sólo cuando creo haber alcanzado un haz de luz, me muero...

Muertes dulzes...entre sabanas sin leones... con un corazón zebreado a caricias, y una bandada de cuervos comiendome los párpados. Mis ojos, no.

Está lluviendo...
...y es imaginación mía...
...que al menos huela a jazmines...

No hay comentarios:

Publicar un comentario