sábado, 18 de septiembre de 2010

Opium et (sabores)ligneos oculos...

Lo que nos apetezca...
Humo o malas bestias.
No creo en dios,
me sabe la mala suerte a carmín.

Sherlock, ¿Donde escondiste los cadáveres de todos los ruiseñores caídos?
-¿Qué malditos ruiseñores? ¿Qué cadáveres ni que ocho cuartos?
  No creo en el amor, no es ciencia prezisa.
 Para siempre, duraré para siempre.

Fumo cánceres de media onza,
a pesar de que el cacao me causa alergia.
Ya no puedo más.
Mis pulmones dicen basta, y paro.
Mi voz dice, más, mientras me deshago.

Irreversible calidez que te arrancas en un grito
enmudecida por el frío, de una lluvia que trasquila
un sol que un día lo fue todo...pero que en su soledad
tirita como un mendigo cualquiera.

No te olvido, por más que me pierda,
entre mares o arenales secos a más.
¿Crees que tengo cicatrices por gusto?
Destrozo mis ojos, sobre los tuyos
y no me falta fuerza de choque...
Solo saber volar...

Articulaciones de cristal, trazos sexuales
sobre una piel que tiembla al pulso ajeno.
Vestirme de prinzesa y comerme el mundo.
Verme triste, en un rincón,
beberme, solo, una cerveza...
dejar de colgarme cerezas cuan pendientes,
correrme, como si valiera la pena.
Como si valiera la pena.
Que siempre la merece,
cuando siento cerca de mi pecho,
tu carne, delicada, erógena y certera...
dulze...
maldita dulzura...
siempre ahumada al opio,
siempre poco hecha...

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