miércoles, 24 de noviembre de 2010

Tetas, amargas, de leche y azúcar...

Un solo trago
y me acabaré volviendo loco.
El agua hierve,
y aún estando tibia
se me mete bajo la piel
y me acarrea una sensación
de vida postulada hacia dentro,

Dichosas horas amargas
de frío y sudor trenzado;
dichosas lagunas estigias
de fuego fatuo, susurro,
y muertos que vuelven a la vida.

No necesito más que un pedazo de carne
que huela a tequila,
especiado con hojas de un otoño
que permanece a mi lado
en la cama
de cara a la pared.

¿Abro la boca
y sigues tan cerca!
que me muerdo los labios
casi rozando
lo que huelo por dentro
volcando
dos gramos de alcohol
y esa irritada
avispa de tres cabezas,
dinosaurio,
que extinto
lucho por sobrevivir,
amandolo,
''a morir'' - (lo digo)
que entra por el corazón
con las uñas
con las rodillas desholladas
y una boca
que mordiendose
por otra boca
acaba tornando en labio
mirada
calor?
sólo calor...
Poco me importa ya,
si me empalmo en mitad de la noche,
y no te encuentro,
y me acabo volviendo loco,
al menos seguiré oliendo
ese otoño
de hojas sueltas,
cerveza agria
y bueno, sí
un poco de amor...
siempre con la ventana abierta...

No hay comentarios:

Publicar un comentario