jueves, 11 de diciembre de 2014

La última esperanza

Fue rápido.
No hubo lamento,
quejas.
Ni una sola lágrimas.
Casi.

Somos más viejos
y más sinceros
y qué mas da,
como reza la canzión.
Somos más viejos.

Rápido pasa el tiempo
Demasiado rápido...
el sabor de los labios,
que quedan lejos,
olvidados,
en bocas de otros.

No por amarte
perderé la compostura.
Ya no lo mereze.
Ya no lo merezco.
Diablo sobre diablo
manteniendo un pulso
y mirada de humo denso.
El corazón guarda silenzio.

Respira mi juventud
aire de nuevos tiempos.
Desisto de la zozobra continua
de buscar la X señalada.


Hasta un capitán pirata,
de nombre respetado
por haber alcanzado
los tres cabos
infranqueables
sabría que no debe
lucharse,
contracorriente,
contra el fin
de la última esperanza.


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