martes, 25 de octubre de 2011

Interminable trayecto en autobús

Odio
El ruido
De las voces
Estridentes
Y agudas
Que resuenan
Para sí mismas,
Con el oído propio
Como pared de choque.

La risotada
Interminable
Desagradable
Y áspera
De quien
Olvidándose
Del mundo
Le prende fuego
Sin preocuparse
Siquiera.

Odio
No pensar.
No pudiendo.
No sentir
Quedarme ante el frío.
Humedad.
Todo el polvo se viene abajo.
Mientras
Se me escapa el alma
En cada malsonancia,
Cada ruido
Que sin ser buscado
Me encuentra
Y me deja los tímpanos
Como témpanos de hielo.

Al menos,
Ya comenzó el frío.

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