lunes, 24 de octubre de 2011

Basura a medio camino del frío

Me gusta
calarme
cada uno
de los huesos.
La lluvia se me cuela.
Hace demasiado
que No.

Necesito ahogarme,
no tragar
polvo
durante unas horas
y respirar con los
pulmones abiertos.

Descansar la vista
en un punto frío.
La ventana me vale.
El cristal
manchado.
Vaho.
Otoño.
Otoño.
Maldito otoño
que tardando en llegar
languidece
en un prolongado
punto y seguido
irregular
e inquietante.

Aunque mejor así.
Demasiado calor
quema
hasta la última neurona.

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