Y entonzes ella se confesó amante de las nubes e inhaló hasta última gota de lluvia. Y se evaporó en silenzio, como habituaba, dejándose llevar, inflándose de aire y estallando en un millón de plumas de color.
La Eneida del arcoiris
La última criatura capaz de asustar al bostezo.
Y quedó hecha burbujas
de pompa de jabón
Como un diente de león
en la primera corriente
desaparezió
entre el aire caliente;
Blanca
y toda
hecha lunares.
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