miércoles, 17 de septiembre de 2014

Confío en la calma

Un espasmo seco.
Huele a lluvia dorada.
Agua sobre agua.
Otoño de piel blanca.

Las puntas del tiempo
esperenzadas
por una superfizie de madera.
Gime el vientre.
Se arrodillan estrellas
entre los dedos de sus pies.

Cauterizada el alma
en crescendo interminable.
Labio inferior
al borde de un parto
de arena y sangre.
Limón.
Sabor a limón.

Asisto a la deriva
de unas piernas,
y unas manos
tácitas a la dislexia,
mientras la voz
suave, articula
en zielo y miel
la negazión de fe,
implízita a la cordura.

Qué hermosa se apareze!
Lluvia de estrellas.
Montañas de calaveras
de perla y escarcha.
Ve (y) gana a desgana,
surcando la vía láctea.
Gime el vientre.
Brillan cálidas las mejillas.
Brota fuego.

Centellean mis impulsos
de lanzarme hazia el oso.
Creo en la vida, póstuma
al sacrifizio de la vida.
Confío en la voz
de la experienzia
y salto desde las alturas.

Se oye revuelo...

y...

Vuelo!!

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