El corazón.
Postillas como segunda piel.
Sombra de desgarros.
Me encanta abrir la boca
y que reboce el agua
dentro.
Arrancar las postillas
nunca fue mi fuerte.
Intenso.
Olor agrio.
Sudor de piel ajena.
Manos ajenas.
Droga cortada con ethna...
El corazón,
devaluado a mordiscos.
Tan intenso, siempre.
Tan vivo.
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