lunes, 6 de junio de 2011

Picores

No me importa
prácticamente nada.
Y digo,
prácticamente
nada,
que a veces
ni me quede voz para gritar.
El mal hábito
de acostumbrarme a todo,
y el escaso ímpetu
del cordero degollado,
me recorren el cuerpo.
Pero qué más da.
Soy hombre
de pocas mañanas,
y aún menos
necesidades.
Me quedo
con la idea de limpiarme
el sudor
cuando empieza
a calentarse el ambiente;
De rascarme
Esos interminables picores
que me
tienen me tienen el cuello
como el kamasutra en braile.
Me quedo con esperar,
no tiempos mejores,
sino ráfagas de aire pasajeras.
No importa,
si golpean puertas y ventanas,
simulando un huracán.
Me siento vivo,
y no tengo miedo,
pues respiro.
Cuando lo hago,
Aún en la asfixia al despertarme,
sigo sintiendo…
Te sigo sintiendo,
Desnuda y echa vendaval;
ráfaga de aire…

No hay comentarios:

Publicar un comentario